Una nueva riqueza, un nuevo impulso en la vivencia y en la expresión del amor es el descubrimiento de la gratitud. Cuando acojo en mí tu don, brota de mi ser un nuevo amor, distinto, con una significación peculiar. Es la gratitud por todo lo que tú has significado para mí. La gratitud porque meSigue leyendo «El amor conyugal y V: Gratitud»
Archivo del autor: vicentehuerta
El amor conyugal IV: Comunión
La comunión es la forma más alta de unidad que puede darse entre nosotros. La comunión resulta de que en Jesús somos uno. O como decían otros: «Yo soy tú y tú eres yo». De todos modos, la comunión brota de ese flujo del darse y del ser acogido, que provoca un nuevo don. Mutuamente,Sigue leyendo «El amor conyugal IV: Comunión»
El amor conyugal III: Acogerse
Si el amor es darse, amar es también acoger el don del otro. El don que tú me haces de ti mismo, yo lo acojo en mi ser. Y el don que yo hago de mí mismo, tú lo acoges en tu ser. Y cuanto más me amas, más limpia y transparentemente lo acoges.Sigue leyendo «El amor conyugal III: Acogerse «
El amor conyugal II: Darse
Amar, sobre todo, significa darse sin reservas, sin interrupciones, sin querer recuperar cada día una parcela de un don que una vez lo hice total. Un don que tú haces de de ti mismo al otro. Por ninguna razón que lo motive. De un modo gratuito. Simplemente lo amas. Te das. No nos cuesta serSigue leyendo «El amor conyugal II: Darse»
La Creación y el abrazo
El escultor renacentista Donatello es el autor de una curiosa obra de terracota llamada «La creación de Eva». En la Biblia apenas hay algún pasaje en el que el creador y la criatura se abrazan. Oseas nos ofrece una excepción: “Yo enseñé a andar a Efraím, lo tomaba en mis brazos; pero ellos no entendíanSigue leyendo «La Creación y el abrazo»
El amor conyugal I: Aceptar al otro
Aceptar al otro tal como es supone vencer la tentación de querer hacerlo a nuestra imagen y semejanza, sometiéndolo a ser “lo que siempre pensé que tendría que ser él/ella”. Demasiadas veces, quizá por evitar conflictos, por ahorrarnos esas pequeñas “muertes” que suponen renunciar a nuestras ideas para buscar juntos, uno de los dos sucumbeSigue leyendo «El amor conyugal I: Aceptar al otro»
La belleza en la mujer
«A partir de los 50 años, la belleza es el resultado de la simpatía, de la elegancia, del pensamiento, no más del cuerpo y los rasgos físicos. La belleza se vuelve un estado del espíritu, un brillo en los ojos, el temperamento. La sensualidad va a surgir más de la sensibilidad que de la apariencia.Sigue leyendo «La belleza en la mujer»
El amor conyugal
La benevolencia que caracteriza el amor de amistad impulsa a buscar el bien de los demás, a darles lo que puede contribuir a su bien. Pero cuando otro presenta a nuestros ojos un atractivo particular, un carácter único, puede convertirse en alguien a quien queremos dárselo todo, ofrecerle lo mejor de nosotros, lo más valiosoSigue leyendo «El amor conyugal»
Amistad en el matrimonio
Muchos piensan que su estatuto de esposo o esposa hace superfluo el de amigo o amiga. Se consideran dispensados de las exigencias del amor de amistad, porque se sitúan, por así decir, en un nivel más alto. Es un error frecuente, sobre todo en la cabeza de los varones, menos sensibles a la faceta espiritualSigue leyendo «Amistad en el matrimonio»
El amor de atracción
El amor de atracción es el que surge «entre el hombre y la mujer, que no nace del pensamiento o la voluntad, sino que en cierto modo se impone al ser humano» (DCE 3). Benedicto XVI señala que los antiguos griegos dieron a ese amor el nombre de eros. Cuando se publicó la encíclica «DeusSigue leyendo «El amor de atracción»
