
El poder de las finanzas, a pesar de estar muy difundido, es invisible ¿Quién conoce a esos rentistas? Fondos de pensiones internacionales, fondos de inversión, fondos soberanos, rinden a sus poseedores decenas de miles de millones al año, y mientras tanto no hay dinero para curar y dar trabajo a los pobres, y no se ve a quién pertenecen estos fondos, quién es su amo.Es precisamente la invisibilidad la que sostiene este poder, y lo hace más poderoso aún, lo que lleva a las finanzas a condicionar duramente la política. Por ejemplo, el mercado de armas está en manos de poderes invisibles que condicionan el poder político, y esto lleva incluso a desencadenar guerras que sirven de mercado para misiles, bombas y toda clase de armamento.
Cuesta entender quien es el amo de este tipo de comercio, porque los propietarios son relativamente pocos, aunque sean miles y estén dispersos por el mundo; en muchos casos ocultos en los entresijos de la especulación bancaria, sin un rostro humano, sólo jurídico. Lo que sí hay es un administrador que gestiona estos fondos, pero, por definición, él mismo es precario y ordena algo informe, anónimo, siguiendo la estrategia de un poder mucho más oscuro.
Hasta los años ochenta, si el trabajador no estaba de acuerdo con el propietario, llegaba quizá a oponérsele incluso físicamente, porque el patrón era bien identificable y visible, y se podían enumerar sus responsabilidades y sus intereses directos en la conducción de la empresa (…) El tema de la renta, de la especulación y de las finanzas opacas, toca muy directamente el tema del poder. Recientes análisis afirman que en los últimos cincuenta años la rentabilidad de las finanzas ha superado a la del trabajo en la producción de bienes: la inversión financiera rinde más que la industrial o la agrícola y esto no parece un buen camino.
Michele Zanzucchi